El Tsunami Lab, es un simulador a escala global de tsunamis. Es decir, muestra los maremotos o tsunamis desde una escala planetaria y reproduce cómo se mueven las ondas (olas) visualizando el efecto de un tsunami alrededor del planeta. En esta simulación en especial, veremos cómo se propagó el tsunami de uno de los terremotos más grandes jamás registrado en la historia sísmica mundial: el terremoto de 1960 en Chile que tuvo una magnitud de 9.5. El tsunami impactó en costas tan alejadas como Japón y California.
Paula Navarrete
Ingeniera y académica UC
Tsunami Lab
Como plataforma educacional, permite al usuario observar las características del tsunami de forma interactiva y flexible - de la misma manera que en un laboratorio - apoyándose en información contextual del evento seleccionado. Como herramienta de apoyo para la toma de decisiones frente a una alerta, permite al usuario adquirir un entendimiento más claro sobre el fenómeno, pues permite experimentar con escenarios posibles y, además, observar el mismo escenario desde distintos lugares del planeta. A su vez, permite comparar distintos escenarios en una plataforma de visualización atractiva e interactiva.
Son globales en la medida que sus impactos son posibles de afectar zonas alejadas del punto de origen. Así es posible que un terremoto capaz de producir un tsunami en Japón, puede impactar en las cosas chilenas, y viceversa. Esas ondas pueden viajar a través del mar kilómetros y a grandes velocidades.
2. ¿Qué grandes tsunamis han afectado al planeta?
En los últimos 100 años, 58 tsunamis, han sido responsables de más de 260 mil vidas en todo el planeta, los más grandes y conocidos ocurrieron en Chile, el terremoto de 1960; en Japón el terremoto de Tohoku-Oki 2011, en Indonesia, terremoto de Indonesia 2004 que fue uno de los más devastadores en términos de pérdidas de vidas humanas y de 2010 nuevamente en Chile, que impactó zonas costeras principalmente de la Región del Maule y el Biobío.
3. ¿Por qué estudié esta disciplina de la ciencia?
Desde pequeña me han fascinado los mal llamados “desastres naturales”, en el fondo pensaba cómo era posible que una sociedad tan avanzada como la nuestra aún se encuentre a merced de la naturaleza, que sin importar el nivel tecnológico que hemos desarrollado en los últimos años, nunca podemos (o debemos) actuar con la arrogancia de subestimar la naturaleza y su poder. Mi disciplina está enfocada en el estudio de los tsunamis, cómo estos se propagan, y qué podemos hacer para prevenir posibles efectos catastróficos. Si bien hay muchas formas y enfoques posibles de acercarse a los desastres de origen natural, mi elección fue desde la ciencia ya que desde chica mostré afinidad y motivación por las matemáticas y la física. Tuve la fortuna de encontrar un área de estudio que me permitiera combinar ambas pasiones.
Me gusta pensar que a través de esta especialidad, somos los buenos de la película. Aquellos que con humildad estudian la naturaleza y, sin subestimarla, proponen soluciones que buscan proteger a la sociedad de catástrofes de origen natural, sobretodo a aquellas comunidades más vulnerables que, por diversos motivos socio-económicos, no pueden protegerse ellos mismos. Me gusta pensar que nuestro aporte es contagiar a la sociedad con nuestro hambre de saber y descubrir el mundo, e inspirar a muchos a trabajar por una sociedad más justa. Finalmente, y quizá más importante, mi aporte como mujer investigadora joven en las ciencias, es mostrarle a niñas y adolescentes que, en este espacio que ha sido históricamente de hombres, existe un espacio para nosotras